El doble desafío del dinero en la política y el cabildeo suelen ocupar los primeros puestos entre las manifestaciones y modalidades de la captura corporativa.
De acuerdo con la Fundación Sunlight, el cabildeo únicamente es legal en 22 países en todo el mundo, como en los Estados Unidos, donde está protegido por laPrimera Enmienda a la Constitucióny regulado bajo laLey de Divulgación de Cabildeo de 1995,que requiere que los cabilderos se registren y divulguen sus actividades a nivel federal. En el resto, el “cabildeo es considerado como soborno” y está prohibido o simplemente no está regulado.
El cabildeo sin regulación, que caracteriza a la gran mayoría del Sur Global, implica libertad ilimitada para influir en los actores estatales. En estos países, la captura corporativa del Estado — al menos a través del cabildeo y la influencia política — ocurre en un área gris. En una minoría de países, el cabildeo es reconocido como corrupción y está prohibido, lo que lo relega aún más a la clandestinidad.
De acuerdo con la Fundación Sunlight, “Solamente 22 países regulan el cabildeo del todo: Australia, Austria, Brasil, Canadá, Chile, Francia, Georgia, Alemania, Hungría (aunque su ley fue derogada), Irlanda, Israel, Lituania, Macedonia, México, Montenegro, los Países Bajos, Perú, Polonia, Eslovenia, Taiwán, Reino Unido y los Estados Unidos. La Unión Europea también regula el cabildeo. Pero no todos estos países proporcionan un registro en línea de cabildeadores, y algunos proporcionan información muy limitada.”
Un sistema concomitante es la política electoral, donde las empresas, individuos y otros actores hacen contribuciones a candidatos y partidos, supuestamente como una extensión de protección a libertad de expresión, como en virtud de la Primera Enmienda en los Estados Unidos.Sin embargo, incluso con regulación, el dinero en la política puede generar clientelismo, corrupción, favoritismo procedimental, funcionarios públicos seleccionados a modo y otros subproductos que favorecen los intereses comerciales pero no la democracia.
Según Paul Waldman, hay 12 países en todo el mundo donde “no hay límites en las contribuciones ni tampoco hay límites en lo que los candidatos pueden gastar”; 12 donde “hay límites tanto en las contribuciones como en los gastos”; seis “con límites en los gastos pero no en las donaciones”; dos “con límites de contribución pero sin límites de gastos: Finlandia y los Estados Unidos”; y luego están “México y Portugal, donde todas las contribuciones pasan por los partidos y los candidatos individuales no reciben contribuciones”.
Como señala Conectas (Brasil), a menudo las empresas forman cámaras de comercio y asociaciones comerciales para participar en la política empresarial. En otras palabras,el cabildeo ocurre directa e indirectamente, en los libros y fuera de los libros, de una forma u otra.
De acuerdo con Conectas Brasil, “Un [estudio] mostró que […] bancos transnacionales y fondos de inversión invirtieron más de R$27 mil millones en empresas que financian el Instituto Pensar Agro (IPA), creado por el sector agrícola para ‘defender los intereses de la agricultura y brindar asesoramiento a Frente Parlamentaria Agropecuario (FPA)’, con ‘apoyo técnico para acciones específicas que se están procesando en el Congreso Nacional, además de promover la interlocución con el Poder Judicial y Ejecutivo.’ Según el estudio, esta cantidad corresponde a la compra de acciones por parte de fondos soberanos, concesiones de préstamos, renegociaciones de deudas y emisiones de bonos ejecutadas por multinacionales de soja, como Cargill, ADM y Bunge, y procesadores de carne como JBS, Marfrig y Minerva. Entre los grupos financieros globales que invierten en empresas vinculadas al Instituto se encuentran JP Morgan Chase, Bank of America y Citigroup y fondos de BlackRock, Vanguard y Dimensional.”